Sin dudas uno de los equipos revelación de la temporada 2018-2019 es el Atalanta Bergamasca Calcio, que con un proyecto a largo plazo comandado por el entrenador Gian Piero Gasperini ha conseguido revolucionar el futbol del club y encontrar la identidad del equipo para dejarlo en lo más alto de su historia.
Gasperini llega en la temporada 2016-2017 luego de que el club volviera de un año en la Serie B- Segunda División de la Liga italiana de futbol- y quedara durante las siguientes temporadas entre los primeros 17 puestos de la Serie A.
Ya en su primer tiempo pudieron verse los frutos de un trabajo no solo táctico, sino también emocional. Con una filosofía de juego ofensivo, sumado a la gran motivación que impuso, este entrenador pudo potenciar a todos los jugadores que pasaron por el equipo y hasta hoy son figuras en él. Los Nerazurri finalizaron la Serie A en el 4to puesto, lo que le dio la clasificación a la fase de grupos de la Copa de Europa que terminaría luego perdiendo contra el Borussia Dortmund en un 4-3 global.
Pero fue en la temporada pasada de 2018-2019 cuando el equipo mostró su gran capacidad para competirle a los grandes equipos italianos, con bajo presupuesto en su plantilla protagonizó lo que muchos llamaron el futbol anti-italiano o menos italiano de la Serie A. Practicando un futbol ofensivo, agresivo y con capacidad de salida de contra ataque, “La Dea” fue el equipo que más goles-partido convirtió entre las cinco ligas más importantes de Europa, con 70 goles en 25 partidos (2,8 goles por partido) y quedando por encima de clubes como el Barcelona (2,3 goles por partido), Manchester City (2,5 goles por partido) y Bayern Múnich(2,5 goles por partido).
Aunque también, su alto poderío en la ofensiva y al marcaje individual, llevo al equipo a encontrarse desequilibrado al momento de perder la pelota, que, si bien es difícil que ocurra debido a su habilidad para generar presión alta y robar la pelota, cuando sucede genera un alto peligro para este equipo. Por lo que además de haber convertido grandes cantidades de goles, ha recibido en su valla una notable cuantía.
Pese a esto, como todo gran equipo debió tomar riesgos para mostrar una gran calidad de juego en ataque y como más importante generar su identidad. Que sería transmitida hasta las inferiores del club, contribuyendo a la consolidación de jugadores desde la cantera.
Rompiendo con el mito de lo tedioso y defensivo que resulta ser el futbol italiano, el entrenador formo un equipo ampliamente ofensivo, rápido y con gran presencia goleadora. Con una formación inicial de 3-4-1-2 el equipo busca robarles el protagonismo a los equipos que más lo hacen, realizando altas presiones generando siempre una superioridad numérica y ejecutando pases entre líneas siempre que encuentre un espacio y creando un juego más directo.
Comenzando por el arquero Gollini, gran distribuidor de balón y contribuidor para salidas al ataque. Seguido por una línea de tres defensores: Masiello, Djimsiti y Palomino, que muchas veces también podía verse a jugadores como Toloi, Hateboer o Mansini, y que son los encargados, además de realizar la presión en caso de que los delanteros rivales lleguen al área, de realizar los pases de ruptura de líneas hacia la mitad de la cancha.
Luego una línea de cuatro mediocampistas, con dos laterales jugando de extremos como lo son Gosens y Castagne, encargados de generar desequilibrio por las bandas al momento de atacar, siendo uno el que lleve la pelota y el otro recibiéndola en un cambio de frente por la otra banda o para cabecear al arco. Aunque esto, muchas veces les ha jugado en contra ya que suelen dejar muy descubiertos los espacios por debajo de los carrileros, generando oportunidades al rival y obligando a los centrales a abrirse para cortar el ataque.
En el mediocentro formaban un doble pivote uno más ofensivo y otro más defensivo, con De Roon, caracterizado por su enorme aguante en la presión, y Freuler, un jugador con muy buena marca, pero sobre todo con gran capacidad de llegada y disparo al arco. Ambos también se encargan de recibir los pases entre líneas y generar el juego con los delanteros.
Un media-punta tan importante en el equipo como el Papu Gómez, un jugador argentino que, además de ser el capitán del equipo, ha sido uno de los jugadores que se ha potenciado con la llegada de Gasperini. Caracterizado tanto por su calidad de cotidianeidad para hacer goles, como también por su virtud para bajar en búsqueda del balón y así, crear juego muy desequilibrante y embarazoso para el rival que intente paralizarlo, debido a su talento para jugar con la pelota y crear pases a los delanteros. Pero, además, el Papu muchas veces ha cumplido un rol “defensivo” al momento de realizar la presión alta en el campo rival, lo que muchas veces hasta finalizó en situación de gol o gol.
Y finalmente en la delantera se encontraban Ilicic, un delantero zurdo con un gran talento y Zapata el delantero centro colombiano, gran goleador de este equipo y también gran figura decisiva para concretar las jugadas, con un muy buen estilo para superar a los defensores y cabecear al arco. Otro jugador importante esta temporada fue Pasalic, quien muchas veces podía jugar en lugar tanto de Ilicic como de Freuler.
Además de ser grandes marcadores y atacantes en la zona rival, cuentan con la virtud de un excelente juego a balón parado, ya que es uno de los palmares que más trabaja el técnico en las practicas, siendo este muy definitorio para sus partidos.
Pero Gasperini no solo logro demostrar que pudo crear un equipo con identidad y convicción, sino también, que es capaz de competirle a los grandes equipos de Europa. Ya que en esta temporada ha logrado, no solo la tercera posición en la tabla de la Serie A, sino también el subcampeonato de la Copa Italiana y la clasificación a la UEFA Champions League; y dejando al club en lo más alto de Italia.
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